lunes, 20 de mayo de 2013

Organización sindical docente (ADP)



Asociación Dominicana de Profesores 

(ADP)



¿Qué es la Asociación Dominicana de Profesores  (ADP)?

Es una institución gremial que se rige como una entidad de representación y defensa del magisterio dominicano. Impulsa la Educación de Calidad Social para todos. Que tiene como objetivo principal consolidar el carácter democrático, clasista y de masas que agrupa a los trabajadores de la enseñanza. Se rige por la Constitución y las leyes vigentes en la República Dominicana, así como también por las leyes y convenios internacionales de los cuales el Estado dominicano es signatario. Tiene jurisdicción nacional y domicilio en Santo Domingo, Distrito Nacional.

La ADP está estructurada de la siguiente forma:

-Presidente: Eduardo Hidalgo


-Primer vicepresidente: Víctor García

-Segundo vicepresidente: Julio Canelo

-Secretario de Comunicación y Relaciones Públicas: Frank Sabino

-Secretario de Seguridad Social: Tomas Pichardo

-Secretaria general: María Teresa Cabrera

-Encargada de organización: Primitiva Medina

-Encargado de educación: Félix Núñez

-Encargada de reclamos: Zoraida Trinidad


Misión

Defender una educación de calidad para todos los dominicanos fortalecer los lazos de unidad solidaridad entre los maestros del país y Latinoamérica, reivindicar los derechos socioeconómicos, culturales y científicos de la comunidad educativa y del pueblo en sentido general, articular alianzas estratégicas con los demás sectores sociales de la vida nacional e internacional.


Visión

Ser el sindicato único de los maestros de la República Dominicana, y desempeñar un rol protagónico en la superación de las complejas y variadas problemáticas de los maestros y la educación del país. Ocupar un lugar cimero en la escala de valoración de la sociedad por la capacidad de aportar al debate de los temas de interés nacional, de gestionar con eficiencia y transparencia nuestros procesos y recursos, y representar con dignidad los intereses de nuestros miembros y del pueblo en general.


Valores

• Dignidad
• Justicia
• Solidaridad
• Dedicación
• Transparencia
• Equidad
• Tolerancia
• Positivismo
• Democracia


Trayectoria

La ADP, con luces y sombras, en su devenir histórico ha construido ricas experiencias de lucha y ha conquistado importantes reivindicaciones económicas, sociales y profesionales para el magisterio dominicano.
En sus 40 años ha alcanzado la plenitud en su desarrollo organizacional y da firmes pasos en respuesta a los nuevos desafíos.

Hablamos de nuestros históricos compromisos con la calidad de la educación pues para solo citar un referente, hará ya 20 años que en el VI Congreso Nacional de la ADP en septiembre del 1990 planteábamos entonces que la calidad era un componente esencial en el proceso hacia la superación de los rezagos y desafíos de la educación dominicana.


Un poco de historia


Surgió de los esfuerzos de las y los maestros para salvar el año escolar 1969-1970, amenazado por el cierre de los planteles públicos y la ocupación militar de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), no exclusivamente por un motivo “laboral” o de interés particular de los docentes. 

Durante los primeros años de su existencia una de sus principales preocupaciones fue agotar el programa escolar con frecuencia interrumpido por los acontecimientos políticos o por la incursión de la policía y de la banda Colorá en los recintos escolares. La ADP, también desarrolló en términos públicos: el déficit y la deserción escolar en contraste con la construcción de los famosos palacios escolares con un escandaloso derroche de recursos provenientes del financiamiento internacional, los contenidos y los métodos de reforma de la Educación Media.

La primera gran lucha de la ADP, en noviembre del 1972, fue por el establecimiento del “Estatuto y Escalafón de los Trabajadores de la Enseñanza”. Esta huelga obligó al gobierno a promulgar una caricatura de Escalafón, permaneciendo hasta hoy pendiente el establecimiento de verdad de la carrera docente que es el propósito de este mecanismo legal.

Durante la década de los 80tas, promovió y fue uno de los principales actores, junto a la comunidad internacional y al empresarial nacional, del Plan Decenal de Educación y de los debates que dieron como resultado la nueva ley de Educación en 1997.

La ADP de hoy está en deuda con las y los maestros de los colegios. Este sector promovió y organizó la ADP durante los primeros 10 años de vida de la organización. Rafael Santos, el Secretario General que encabezó la huelga de 1980, una de las jornadas más prolongada e intensa que ha vivido el magisterio nacional en toda su historia, provenía del sector privado.

El carácter sindical que ha tenido la ADP y del que nos enorgullecemos, se debe a la gran y activa participación del personal docente de los colegios en su constitución.

La base de la ADP es la asamblea de profesores/as de las escuelas. La ADP es esa asamblea de profesores/as multiplicada en cada una de las escuelas que existen en el país. Ella es tan fuerte y tan unida como esas asambleas.

Fundación

Desde un primer momento, se forjó la idea de constituir una nueva organización de educadores/as que ocupara el vacío dejado por la desaparición de FENAMA, a la misma vez que se realizara un proceso de lucha y protesta que reabriera los Centros Educativos y lograra la desocupación de la UASD.

La Asamblea del Teatro Agua y Luz decidió por unanimidad constituir la Asociación Dominicana de Profesores/as (ADP), el 13 de Abril del 1970 y eligió su primera dirección compuesta en forma tripartita por representantes del sector universitario, de la enseñanza pública y de los colegios.

A menos de un mes de su fundación, el 6 de mayo del 1970, la ADP celebró en el cine Lido de Santo Domingo, la “Asamblea de Estudiantes y Profesores por la salvación de la Educación Nacional”. Es decir, desde un primer momento la ADP estableció una política de frente al estudiantado y sus organizaciones que casi inmediatamente se extendió a los padres, madres y a los diferentes sectores organizados de las comunidades.

La fundación de la ADP fue la respuesta de las y los educadores dominicanos a una brutal agresión contra la educación perpetrada por el gobierno del doctor Joaquín Balaguer que cerró las escuelas y ocupó la universidad del Estado para imponer su primera reelección sobre las protestas que ella estaba provocando en amplios sectores sociales y en todo el territorio nacional.

La ADP, con luces y sombras, en su devenir histórico ha construido ricas experiencias de lucha y ha conquistado importantes reivindicaciones económicas, sociales y profesionales para el magisterio dominicano.

Hablamos de nuestros históricos compromisos con la calidad de la educación, pues para solo citar un referente, hará ya 20 años que en el VI Congreso Nacional de la ADP en septiembre del 1990 planteábamos entonces que la calidad era un componente esencial en el proceso hacia la superación de los rezagos y desafíos de la Educación Dominicana.

En sus 40 años ha alcanzado la plenitud en su desarrollo organizacional y da firmes pasos en respuesta a los nuevos desafíos.

La fundación de la ADP, el 13 de abril del 1970 en el Teatro Agua y Luz del Centro de los Héroes y Mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en medio de muy adversas condiciones democráticas y de libertades públicas y el Congreso Nacional del Plan Decenal del 2 al 5 de diciembre del 1992 con el que culminaron los trabajos de los 113 congresos municipales y 28 provinciales en todo el país, son apenas dos de tantos puntos luminosos de la digna historia del Magisterio nacional.


Logros

Entre los logros alcanzados por la  Asociación Dominicana de Profesores en sus 42 años de fundada, están: 

*El Seguro Médico para maestros  y sus dependientes.

 *El desayuno escolar.

*Entrega de libros de texto para estudiantes del sector público.

*La libertad sindical de los educadores.

* La elaboración, aprobación y puesta en vigencia de las  leyes 66-97 y 451-08 sobre el sistema de jubilación y pensión.

*La reparación de escuelas.

*Uso  de  materiales didácticos  para la enseñanza.

*El  programa de formación de los maestros.

*El aumento salarial, para dignificar el trabajo del educador a través de los incentivos de los docentes.

* Los  avances en el sistema educativo nacional a través del Plan Decenal.

Perspectivas

Dentro de las perspectivas de la ADP están:

-Una educación de calidad. 

-El establecimiento de la tanda única como una de las estrategias para la permanencia y desarrollo de competencias y habilidades.

 -Una transformación curricular que sirva de base para el desarrollo social, político y económico de los ciudadanos y ciudadanas de la República Dominicana.



Aportes de la Organización Sindical a la

 cultura profesional del docente







Una mirada a las políticas educativas que se implementan en América Latina nos llevan a revisar los acuerdos de carácter internacional, principalmente, aquellos que han definido las Reformas Educativas en países como el nuestro. 

La Conferencia Mundial de Educación para Tod@s (Jontiem 1990) respaldada por la Declaración de Derechos Humanos, virtualmente ha establecido el escenario de acción, iniciado por el Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe. Luego de una década de procesos educativos en el Foro Mundial de Educación de Dakar (Senegal, 2000) nuevamente se ratifican las decisiones asumidas anteriormente y se dice: “nos comprometemos a cumplir los objetivos y finalidades de la educación para todos, para todos los ciudadanos y todas las sociedades representa un compromiso colectivo para actuar: Los gobiernos nacionales tienen la obligación de velar porque se alcance y apoyen los objetivos y finalidades de la educación para Todos” . 

Como parte de los compromisos emitidos en el Marco de Acción de Dakar se ratifica la posición de “mejorar la condición social, el ánimo y la competencia profesional de los docentes” . Esto plantea a la formación inicial del docentado y el fortalecimiento profesional como prioridades, para avanzar hacia la meta de una “Educación para Todos”, además, se ha puesto énfasis en el tema de la voluntad política para el desarrollo de los planes nacionales. 

En la región, los procesos de Reformas Educativas que están en marcha han incluido este compromiso como parte de sus objetivos. En la evaluación de Dakar se advierte que las políticas públicas sobre docencia -no en todos los países- no han sido concertadas. En este marco, se ha venido dando una participación docente preestablecida y marginal a las definiciones de las políticas. 

El rol y la sinergia del sujeto mediador entre la política y la materialización de ésta no fueron suficientemente dimensionados, tampoco se consideró la magnitud de lo que suponía influir en las instituciones de formación inicial para producir cambios que permitan lograr docentes preparados para responder a las exigencias “racionales” de la transformación educativa. Esta situación ha generado una actitud crítica, y en ocasiones una resistencia violenta, pese a que la formación inicial y la formación permanente, son consideradas como acciones que demandan renovación. 




Las acciones gubernamentales en pro de

 la profesión docente.







Durante toda la primera parte del siglo XX, los docentes fueron asumiendo el carácter de profesionales en la medida en que su ejercicio se asoció a la posesión de una base de conocimientos relativamente definida, producto de estudios que paulatinamente fueron incorporados a la educación superior. La formación docente de nivel primario adquirió su propia institucionalidad en la Escuela Normal en Francia, Chile y otros países de la región latinoamericana. Los profesores egresados de estas instituciones, si bien no necesariamente comparaban su estatus con el de un médico, jurista o arquitecto, entendían que su trabajo tenía un objetivo claro y era valorado por la sociedad.

Esta condición relativamente estable de la profesión docente comenzó a modificarse en la segunda mitad del siglo XX y, particularmente, desde los años ochenta. En conjunción con los cambios en el escenario económico y la creciente masificación de la educación primaria y secundaria, los diversos países del mundo desarrollado y en desarrollo aumentaron su preocupación por el sistema educacional, en general, y la profesión docente, en particular, especialmente respecto a su preparación. 

Con todo, el estatus de una profesión no se expresa sólo en la posesión de una base de conocimientos claramente definida y en el nivel en que se institucionaliza su preparación. Las profesiones según Abbott (1988) se distinguen por la particularidad de su campo de trabajo y la capacidad de clasificar sus problemas, razonar acerca de ellos y poner en juego su saber abstracto y casuístico (práctico), reclamando al mismo tiempo y sobre esa base, el reconocimiento de los referentes sociales de su jurisdicción (la opinión pública, sistemas organizados y sistemas legales).

Deberíamos suponer, por tanto, que el esfuerzo de distintos sistemas educacionales por mejorar la base de conocimientos de los docentes iría acompañado de un reconocimiento de las condiciones necesarias para realizar las tareas que les son propias: cierta autonomía en el ejercicio, condiciones de trabajo acordes, como también respeto a la experiencia y al juicio profesional de los docentes en la toma de decisiones en relación a su trabajo e incluso con respecto a las políticas que les atañen.








Estatuto de la profesión docente de la 

República Dominicana.

http://www.educando.edu.do/Userfiles/P0001%5CFile%5CReglamento%20del%20Estatuto%20del%20Docente.pdf

Aportes culturales del docente




¿Qué es un aporte?

En su uso más amplio, el término aporte refiere a aquella contribución que alguien realiza a otro individuo o a una organización. La mencionada contribución puede consistir en un bien inmueble, una suma de dinero o tratarse de una contribución de tipo espiritual, artística o intelectual. 


 Aportes culturales del docente.


Los seres humanos somos ante todo herederos de una cultura, que nos permite comprender nuestro pasado, resinificar nuestro presente y proyectar cambios y transformaciones. Herederos sin mandato explícito, pero herederos al fin […] Esta herencia nos sumerge en un sistema de creencias que subyacen en las bases de nuestra acción y que muchas veces se nos dificulta explicar.


Los profesores no se limitan a impartir el currículo, sino que también lo interpretan. Técnicamente, la Cultura Docente comprende: “creencias, valores, hábitos y formas de hacer las cosas asumidas por las comunidades de docentes que tienen que afrontar exigencias y limitaciones.

El aporte cultural del profesional requiere reflexionar previamente sobre el trasfondo social de la escuela, es decir, visualizar a ésta como un núcleo de relaciones sociales muy diversas, en cuyo interior se van creando, al paso del tiempo.

Un aporte principal es la cultura de la escuela que está llena de simbolismos y códigos y constituye un micro universo social; en éste se ven reflejados los rasgos esenciales de la comunidad donde la institución se asienta y toda la herencia cultural del entorno, incluso las creencias, los usos, las costumbres y las pre concepciones que se tienen en torno a los roles que corresponden a cada quien dentro de la organización.







Aportes culturales del docente from Loto Sagrado Ruiz V



El docente: mediador entre la cultura y el

 estudiante.


Uno de los importantes roles que desempeña el docente es el de servir de mediador entre la cultura y el estudiante y no sólo, como se creyó tradicionalmente, transmitir los conocimientos propios de la asignatura que orienta

Existen muchas formas de acceder a los productos de la cultura, especialmente desde la invención de los medios masivos e inmediatos de comunicación. Esto implica que cualquier persona está en la posibilidad de tener acceso a la información, con lo que podríamos pensar que el papel del docente como transmisor de conocimientos ya no tiene la importancia que tuvo en el pasado.


No obstante, a pesar de los avances tecnológicos aplicados a la educación, el docente sigue siendo fundamental en la construcción de conocimientos ya que ninguna tecnología podrá sustituir jamás el componente afectivo del acto pedagógico.

Efectivamente, en el acto pedagógico hay una continua interacción entre los estudiantes y de estos con el docente, creando unos valores que difícilmente se darían sin la actividad orientadora del maestro.

Es, precisamente, el docente quien anima a sus estudiantes para que alcancen las metas propuestas, para que descubran y exploten sus capacidades, para que generen hábitos y conductas deseables, para que produzcan en el campo académico y axiológico, para que se conviertan en constructores de su proyecto de vida y para que adquieran, gradualmente, un mayor nivel de responsabilidad y de autonomía.

De otra parte, es bueno anotar que allí no termina la actividad del docente. Por el contrario, podríamos afirmar que esta es secundaria ya que lo primordial es servir de mediador entre la cultura y sus estudiantes.

Es decir, que el docente acerque a sus estudiantes a los productos de la ciencia, del arte, de la tecnología y que, a más de eso, lo incentive a adentrarse en ellos, a que descubra que todo conocimiento, todo producto es el resultado de un proceso social histórico y no el resultado espontáneo de la actividad aislada de un genio.

El docente, mediante su actividad racional, debe propiciar en sus estudiantes el interés por conocer que él no es un ser aislado, asocial y a histórico sino que debe saberse como el producto de un continuo proceso de socialización, entendido este como "el juego recíproco entre sujetos y entre ellos y la cultura; siendo allí en este juego recíproco en el que se hace real el dominio o la emancipación del sujeto humano y de los grupos humanos.

Emancipación que no se recibe como un don sino que la logra cada persona mediante su actividad individual con las herramientas que se le han proporcionado porque como lo afirma el adagio popular "se puede llevar el caballo hasta el abrevadero, pero no se le puede obligar a beber-.

Ahora bien, para que el docente pueda cumplir con su función mediadora debe tener presentes algunas características como son su nivel cultural, el que debe ser constantemente actualizado; el conocimiento amplio de lo que enseña; estar actualizado en las últimas teorías y avances de su asignatura y conocer, además, lo concerniente a otras áreas del saber para que pueda relacionarlos con la suya; propiciar actitudes de respeto, colaboración, integración, tolerancia, cooperación y ayuda mutua; generar que el espacio y tiempo pedagógico se conviertan en un momento de gran interactividad entre sus estudiantes y de estos con él para que, finalmente, logre el propósito fundamental de propiciar en los estudiantes, en un contexto social histórico, el aprendizaje. Si es posible lograr esto podemos afirmar que el docente ha cumplido su función fundamental: servir de mediador entre la cultura y el estudiante.







El docente como ente creador de comunidades de aprendizaje





El concepto de la comunidad de aprendizaje puede ser definido de forma sencilla como un grupo de personas que aprende en común, utilizando herramientas comunes
en un mismo entorno.

Comunidades de Aprendizaje es un proyecto basado en un
conjunto de actuaciones educativas de éxito dirigidas a la transformación social y educativa. Este modelo educativo está en consonancia con las teorías científicas a nivel internacional que destacan dos factores claves para el aprendizaje en la actual sociedad: las interacciones y la participación de la comunidad.

Las Comunidades de Aprendizaje implican a todas las personas que de forma directa o indirecta influyen en el aprendizaje y el desarrollo de las y los estudiantes, incluyendo a profesorado, familiares, amigos y amigas, vecinos y vecinas del barrio, miembros de asociaciones y organizaciones vecinales y locales, personas voluntarias, etc.

Las comunidades de aprendizaje son un modelo de organización de los centros educativos que pretende dar respuesta a dos prioridades, mejorar el rendimiento académico y resolver los problemas de convivencia; siguiendo las aportaciones de autores como Freire, Bruner, Habermas o Vygotsky, entre otros, se propone el modelo dialógico como el más apropiado para el aprendizaje y la resolución de los conflictos en el centro. 




Los grupos interactivos, el diálogo igualitario y la participación de la comunidad en el funcionamiento de los centros constituyen los ejes en torno a los cuales giran las Actuaciones Educativas de Éxito que se aplican en las comunidades de aprendizaje. (CREA, 2011). 





Suponen una apuesta para mejorar la calidad educativa en la sociedad de la información previniendo y reduciendo las desigualdades a la vez que se abre la escuela a los sueños de toda la comunidad educativa abrazando la idea de Freire con una escuela que, más allá de adaptarse a la cambiante realidad social, se propone transformarla. 




Las comunidades de aprendizaje surgen como una respuesta educativa igualitaria para conseguir una sociedad de la información para todos y todas: se parte del derecho que todos y cada uno de los niños y niñas tienen a la mejor educación y se apuesta por sus capacidades, contando con toda la comunidad educativa para alcanzar ese objetivo.



Se trata de una propuesta que se aleja de los postulados de la educación compensatoria, pues no se fundamenta en el supuesto “déficit” a compensar de los estudiantes con desventajas sociales, sino en la mejora de la calidad de la enseñanza que reciben (Elboj, Puigdellívol, Soler, & Valls, 2002). 
La primera comunidad de aprendizaje aparece en 1978, en el centro de educación de personas adultas de "La Verneda-Sant Martí" en Barcelona. 



Después, el Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA), de la Universidad de Barcelona, investigó cómo desarrollar esa dinámica que fomenta el éxito educativo para todas y todos en educación infantil, primaria y secundaria. Así llegó a elaborar el modelo de comunidades de aprendizaje que, como centro público de investigación, ofrece a quienes quieran llevarlo a cabo. 



CREA investiga, analiza y fomenta prácticas educativas de éxito y a la vez coordina el proyecto INCLUD-ED, un Proyecto Integrado de la prioridad 7 del VI Programa Marco de la Comisión Europea que analiza las estrategias educativas que contribuyen a superar las desigualdades y que fomentan la cohesión social, y, por otra parte, las estrategias educativas que generan exclusión social, centrándose especialmente en los grupos vulnerables y marginalizados. 




Trata de identificar las estrategias que a su vez utilizarán las personas encargadas del diseño de políticas, las personas a cargo de la gestión educativa, el profesorado, el alumnado y las familias, y que contribuyan a elaborar nuevas políticas que permitan mejorar el funcionamiento de los centros educativos. INCLUD-ED se centra en el estudio de las interacciones entre los sistemas educativos, los agentes y las políticas educativas. Las conclusiones del proyecto fueron presentadas en Bruselas, ante el Parlamento Europeo el pasado 6 de diciembre de 2011 (CREA, 2011).


APRENDIZAJE DIALÓGICO 

En las comunidades de aprendizaje se parte del convencimiento de que las aulas albergan sólo una parte de las interacciones en las que nuestros alumnos viven y aprenden, por eso, cualquier modelo educativo con intención de éxito debe programar y aprovechar el aprendizaje dialógico que surge de las interacciones entre todos los agentes sociales y educativos. 

Así lo entiende Bruner cuando afirma “La educación es una forma de diálogo, una extensión del diálogo en el que el niño aprende a construir conceptualmente el mundo con la ayuda, guía, “andamiaje” del adulto” (Bruner, Desarrollo cognitivo y educación, 1988, pág. 15) 

Tomando como base las aportaciones de diferentes autores como Freire, desde el ámbito de la educación, Bruner y Vygotsky, desde la psicología y el enfoque socio histórico del desarrollo, y Habermas, desde la sociología, entre otros, CREA desarrolla el concepto de aprendizaje dialógico, uno de los fundamentos de las comunidades de aprendizaje, como la base del enfoque comunicativo en el que todos aprendemos de las interacciones, con los iguales, con los iguales más capaces, con los adultos en general y con los adultos profesionales de la educación, agrupamientos e interacciones en ningún caso excluyentes. 

Si atendemos a esta concepción dialógica del desarrollo y del aprendizaje nuestros alumnos y alumnas necesitan numerosas y variadas situaciones en las que las interacciones sean posibles y en las que el diálogo se establezca en dinámicas de igualdad dando valor a las aportaciones de todas las personas.

A través del diálogo igualitario transformamos las relaciones, nuestro entorno y nuestro propio conocimiento porque el aprendizaje dialógico tiene lugar a través de interacciones que aumentan el aprendizaje instrumental, dando sentido personal y social a las nuevas adquisiciones; además, las interacciones están guiadas por principios solidarios como el que afirma que la igualdad y la diferencia son valores compatibles y mutuamente enriquecedores (Aubert, Flecha, García, Flecha, & Racionero, 2008). 



BENEFICIOS DE LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE

 Aumento de la práctica educativa y mejora en el rendimiento de los estudiantes.

 Resultados positivos para alumnado y profesorado.

 Profesores: reduce aislamiento, incrementan el compromiso, generan responsabilidad compartida, mejoran la comprensión del contenido, reflexiona sobre sus creencias,
reducen el absentismo.

 Aumento de la interacción entre alumno-profesor: continuidad e integración en elcurrículo e identidad y cohesión para el grupo.

Para obtener más información acerca de las comunidades de aprendizaje visite:

La formación permanente y la autoevaluación en el ejercicio profesional




FORMACIÓN PERMANENTE DEL 

PROFESIONAL








La formación permanente del profesorado es uno de los criterios que definen la calidad de la educación. Uno de los elementos novedosos en el ámbito educativo es el desarrollo de las competencias en el alumnado, lo cual reclama por parte del profesorado un cambio en su función docente, que necesariamente debe ir unido a una formación permanente basada en competencias.

La sociedad de la información y la comunicación se caracteriza por cambios constantes en todos los ámbitos y esto repercute directamente en la educación, en cada una de las escuelas, de las aulas y de sus protagonistas: los estudiantes y el profesorado.

En la actualidad existen muchos planes de formación permanente, pero hay poca innovación, tal y como apunta Imbernón (2007), es decir, los contenidos, las experiencias, los aprendizajes derivados de la formación no siempre se llevan a la práctica. 

La causa puede encontrarse, según este autor, en un modelo de formación tradicional y descontextualizado que no responde a la demanda del profesorado. Incluso, señala Álvarez Rojo (2007), en los planes de formación continua en el ámbito de la enseñanza, salvo notables excepciones (grupos de trabajo y planes de innovación docente), la formación impartida no está suficientemente relacionada con el desempeño del puesto de trabajo, en cuanto a los contenidos abordados, los tiempos prescritos para la formación o los escenarios en que se desarrollan.

Las competencias profesionales pueden definirse como el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes, de orden cognitivo, afectivo y práctico, necesarias para el desarrollo profesional del docente y que, según Roegiers (2000), se forman básicamente en el proceso de aprendizaje profesional, a través de procesos culturales vividos por el profesorado, ya sea de modo personal o colectivo.

Tal y como señalábamos, la sociedad y la escuela actual reclaman al profesorado una actualización permanente, centrada en las competencias profesionales, que de respuesta al nuevo perfil del profesorado y a las funciones que debe desempeñar. En definitiva, los programas de formación permanente deben centrarse en el desarrollo de las competencias profesionales necesarias para resolver los problemas que se plantean en los centros y en las aulas.


LA AUTO-EVALUACIÓN EN EL EJERCICIO PROFESIONAL



La auto-evaluación es un proceso reflexivo en el que cada sujeto es a la vez, observador y objeto de análisis. Así, el quién evalúa corresponde al propio docente; el qué, es el punto más problemático porque exige una mirada retrospectiva del propio ejercicio profesional, de las acciones, marcos conceptuales, metodologías, interacciones, etc. El cómo, refiere a numerosos instrumentos y procedimientos de investigación que pueden ponerse en juego al momento de evaluar.

La auto-evaluación demanda el compromiso de los docentes, el equipo de conducción y de la institución en general y tal compromiso deberá promover que toda práctica acreciente los pilares fuertes de cada uno y ajuste aquellos puntos que se hallan debilitados o deficitarios. 

Creemos que no existe el maestro diez, pero tampoco el maestro cero. La asignación de la puntuación máxima refleja una crítica autocomplaciente, condescendiente y superficial, que apunta más a la aprobación que a la investigación sobre la práctica. 

En estos casos la auto-evaluación de fin de año no está implementada como herramienta para pensar nuestra propia práctica, para reflexionar sobre nuestra marcha docente, como apertura de dudas que permitan la reelaboración de nuestro accionar responsable, sino que está pensada como algo más para dar cumplimiento.